Yo tenía...
dos alas.
Dos alas,
que en el Azul vivían como dos siderales raíces.
Dos alas,
con todos los milagros de la vida, la muerte
y la ilusión.
Dos alas minúsculas pero valientes,
como el velamen de una estrella en fuga.
Dos alas,
como dos firmamentos diminutos,
con calmas, con tormentas y con astros.
Hoy,
a pesar de todo,
de los vaivenes que deparó mi destino,
aún tengo dos alas.
Dos alas con vida,
volando con tesón en la esperanza.
Ada
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1 comentario:
Las alas están muy bien, siempre que sepamos volar con ellas. Estoy seguro que tu las manejas a la perfección. Me gusta.
potroviejo
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