martes, 18 de diciembre de 2007

Glosa de ausencias

Las realidades más grandes y más bellas,
tanto más las tendrás
cuanto menos las poseas y retengas.

Si quieres tener el mar,
contémplalo,
y abre tus manos en sus aguas
y todo el mar estará en ellas;
porque si cierras tus manos
para retenerlo,
se quedarán vacías.

Si quieres tener un amigo amante,
déjalo marchar y lo tendrás;
porque si lo retienes para poseerlo,
lo estarás perdiendo,
y tendrás un prisionero.

Si quieres tener el viento,
extiende tus brazos y abre tus manos
y todo el viento será tuyo;
porque si quieres retenerlo
te quedarás sin nada.

Si quieres tener el sol
y gozar de su luz maravillosa
abre los ojos y contempla;
porque si los cierras
para retener la luz que ya alcanzaste,
te quedarás a oscuras.

Si quieres vivir el gozo de tener
libérate de la manía de poseer y retener.

Goza de la mariposa que revolotea,
goza del río que corre huidizo,
goza del instante que estás con él,
goza de la flor que se abre cara al cielo;
goza teniendo todo,
sin poseerlo, sin retenerlo.

¡Sólo así gozarás de la vida,
sabiendo que la tienes sin poseerla,
dejándola correr sin retenerla!

2 comentarios:

NEMROD dijo...

Un constipado más.

Sé que ha entrado un nuevo año, mi primer resfriado ha aparecido y me devuelve al crudo y nuevo invierno, recien estrenado. Pero no iba a escribir sobre constipados, nuevos años ni nada parecido, jaja, no te asustes Ada. Me he encontrado hace pocos días con la sorpresa de éste, tu blog. Además de buena escritora eres buena persona, excelente amiga y me alegra el poder dedicarte algunas letritas. No les presten mucha atención pues son solo letras, tal vez busquen un sentido o a igual ni es eso siquiera lo que pretenden.

Ojos que miran por fríos cristales, vaho en la mente abotargada por tanta buena acción simulada. No paras de pensar en que todo lo bueno del mundo navideño son solo frases hechas, saludos de manos cansadas de apretar falsedades. Al hilo de villancicos siempre ocurren desbordes de los ríos que alimentan las muchas lágrimas de cocodrilo. Un amigo antiguo que recuerda tus muchos aciertos y jamás desdeña pinchar las agujas de esos conocidos desaciertos. ¡Cómo duelen esos clavos que logran inmovilizarte cual mariposa disecada. La ira tan denostada en estas fechas aparece más si cabe a medida que aumentan: las colas en la autopista, las de esa caja rápida que se hace la más lenta, la del colega pasado de ganas que quiere colarse ... Envidias que luego volarán de manos todas abrazando las luces de las muchas casas en las que los Reyes Magos pisarán descalzos al haber olvidados sus zapatos bajo el árbol navideño de algún desafortunado hogar. Y la gula que nos abrazó a todos. Glotones sentados a la misma mesa de antiguas discusiones, tan lejanas que dos días antes eran muy recientes. Pero es Navidad, olvidamos los pecados y los convertimos en compañeros de jolgorio,les damos una zambomba y les invitamos a ponche.
Qué decir de la incontestable lujuria. Regalando flores que han desaparecido para siempre. Disfrutando de placeres que por humanos nos resultan extraños. En estos días en que se presta la excelencia y se vive en la opulencia, la lujuria es amiga de todos nuestros enemigos y compañera de cama de conocidos, allegados y propios.
La codicia, no está reñida con los buenos deseos navideños. Más de uno la incluye en su lista de regalos. Camuflada siempre pues es muy discreta ella, pasa desapercibida con la capa mágica que le provee el blanco manto navideño. La mirada ajena o el rechinar de dientes propio ante la desparpajada admiración de los presentes vecinos. Vive cómoda entre nosotros, ella es compañera de vuelos diarios.
El orgullo que nos acompaña en cualquier época no se aleja de nosotros por navidad. Acecha presto para dejarse oir en alguna pequeña riña familiar o extra conyugal que pueda ocasionarse. La felicidad requiere también de pequeños escarceos con la tristeza y los pequeños líos. La pimienta y su sal.
Y que decir de la pereza.Quien no la siente en estos días de estómagos repletos, lentas digestiones y pesados regresos a los compromisos laborales. No es pereza es vaguedad en la expresión de felicidad ante el trabajo. Mejor no nos expresamos felizmente para que luego podamos hablar de lo infeliz que somos.

Al mar le di un beso y él me devolvió una ola. Al viento le hablé de amor y me susurró al oido un nombre. Al cielo lo miro con odio por no tener en sus nubes resquicios para esconder mis lamentos y mis miedos. Perdidas en la noche siempre unidas, dos luces se buscan solitarias. Una brilla con destellos de fulgores lejanos mientras que la otra recién comienza a dejarse ver. Pululan solas en el cielo oscuro buscando a quien iluminar. Adorándose, meciéndose, besándose. Las luces de mi cielo te buscan. Si las encuentras dile que mi mundo está vacío y oscuro sin su luz pero que al reclamo de tu olvido prefiero iluminen tu camino.

N.F. Acosta

Ada dijo...

Mi caro amigo, mi osito del alma,
ya sabes que en el espacio estelar está tu estrella, ella también te busca desesperadamente, --lo importante y lo extraordinario--, mi niño, no aparece facilmente, pero estoy convencida que pronto sucederá, -la explosión será tremendamente hermosa, cuando se fundais las dos en una....así que camina por el universo, por el mundo.. con los ojos bien abiertos....vale?
Feliz noche de reyes constipada.